Carlos V, el Imperio y España.
Bajo el impulso y dirección [del canciller] Gattinara llegó Carlos, durante los diez primeros años de su imperio, a familiarizarse con su idea de emperador. Es la idea del universalismo medieval, cuyo fin e ideal consisten en la unidad política y espiritual de Occidente bajo el emperador y el papa. Su base moral la forma la creencia de una misión divina, el firme convencimiento de que es la voluntad y manifiesta disposición de Dios que él unifique, gobierne y proteja la cristiandad. En este convencimiento lo fortalecían de diferentes lados. Cuando se leyó en el Consistorio del 6 de julio de 1530 el informe del legado pontificio sobre los afanes de Carlos en favor del Concilio, casi todos los cardenales exclamaron a una: "El emperador Carlos es el ángel enviado del cielo para la salvación de la cristiandad". [ ... ]Con la formación de las nacionalidades y el establecimiento de iglesias nacionales reformadas quedó destruido el alto fin de Carlos y con él la obra de su vida. [ ... ]
España, bajo el gobierno de Carlos V era sencillamente una provincia situada a gran distancia del multiforme Imperio, a pesar del sorprendente poderío de su soberano y de su importancia en Europa, a pesar de la conquista de México por Hernán Cortés y del Perú por Francisco Pizarro. Verdad es que se arraigó mucho la centralización, pues Castilla y Aragón tuvieron al fin definitivamente un solo rey. La característica duplicidad personal en tiempo de los abuelos españoles de Carlos, que, a pesar de la concordia del matrimonio real y de la centralización de principios y disposiciones, siempre fue regida Castilla propiamente por Isabel y Aragón solamente por Fernando, este obstáculo para la completa unidad del reino y que dio ocasión a una duradera separación después de la muerte de Isabel, desapareció enteramente mediante una unión personal. Esta centralización tuvo una consecuencia muy notable: Castilla, verdadera madre patria y núcleo del gran territorio ibérico, quedó siendo para siempre sede de la familia real, de la corte y del gobierno. Castilla tomó, tácitamente, por decirlo así, la dirección definitiva y es el imán que tiene unidos con férrea firmeza los diversos grupos de pueblos españoles. Castilla es, desde entonces, sinónimo de España; todo lo demás baja a la categoría de provincia y posesiones, como Milán y Nápoles, con virreyes. El dialecto castellano pasa a ser la lengua literaria del país, y aun hoy mismo hablar español y hablar castellano son dos expresiones equivalentes.
PFANDL, Ludwig. Juana la loca
Actividad:
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- ¿Qué importancia adquirió Castilla?
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